De nada sirve, lo se.
Diluir la tinta espesa del recuerdo
con la espuma agria y repugnante
de una cerveza caliente.
Y que yo mire a la distancia
por calles que otra vez...
Pero qué importa,
si al final...
El recuerdo sigue como un tatuaje mal hecho.
Y yo no puedo alcanzarte
aunque estire los brazos.
sábado, 2 de agosto de 2008
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1 comentario:
Me gusta mucho este. La imagen de los brazos estirandose, hermosa, a pesar de que no alcanzaran.
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