Me miré al espejo y no me reconocí.
Tal vez fuera demasiado tarde.
Tal vez pudiera remontar la agonía
terrible
de la tarde con un par de labios
que encontré debajo de la lluvia.
A lo largo del silencio
mi sombra me preguntó
quién soy ahora.
Y yo sólo pensé en tus manos.
jueves, 31 de julio de 2008
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