La multitud inútil de los pensamientos
y los latidos a contramano del silencio en un vuelo
de tu risa estrellándose contra la paredes.
Si fuera posible remontar tus labios en un beso momentáneo
y ver descolgarse las telarañas de la miseria
en alguna calle sin luces
cuando la madrugada destella algodón y desengaño de niebla.
Quién pudiera rendirse a la infinita vorágine de tu cuerpo
abriéndose como una magnolia a pesar del rocío de Julio
y de tantas palabras que este viento no alcanza a llevar a tus oídos.
martes, 8 de julio de 2008
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