Era la noche
toda partida de silencio
Y de tu ausencia en el teléfono.
Las horas,
esa masa gelatinosa y escurridiza
se resbalaba por la pared.
Mis ojos en vano intentaban encontrarte
mirando por la ventana a lo lejos.
Arrabal último,
descenso inclemente a la penumbra de tu abrazo.
Mujer, ya te me vuelves humo
entre los dedos de Mayo.
jueves, 15 de mayo de 2008
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1 comentario:
que cosa vos, que cosa.
que loco lindo. que ganas de verte.
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