viernes, 9 de mayo de 2008

Prosa Otoñal

Pasó Abril y no me dí cuenta.
Abrir por primera vez los ojos en tus besos. Un Viernes que no hubiese valido nada, de no ser por los jazmines.
Hundirme después en tu cuerpo fue un viaje por supuesto más largo. Cargando la cifra que puede soportar cualquier tarde. Resolviendo la derivada infinita del deseo.
Sentir que puedo rendirme, inclemente, a mis imaginaciones.
Pensarte en las tardes. A la hora final del día que a veces me regala tu presencia y tu cuerpo desnudo entre las sábanas.
Y sobre todo intentar inútilmente arrancar tu nombre del espejo.
Tu sombra, obstinada como ella solamente sabe, hace que te regale una flor en sueños.

2 comentarios:

MAÍTA dijo...

On dira qu'un homme
se doit de ne pas exposer son amour
sur la place publique.

Je répondrai qu'un homme
n'a rien de meilleur,
de plus pur, et de plus digne
d'être perpétué que son amour

Aprendiz de borrachín dijo...

de Louis Aragon