jueves, 21 de junio de 2007

Encontré esta carta:

Intuyo que el secreto yace en la constante sensación de derrumbe.
El que todo esté al límite, como un castillo de naipes con un ventilador adelante.
Uno sabe, es consciente (terriblemente, por momentos) de que en un segundo se vuelve a cero... y por eso se encanta, se fascina con la adrenalina, la ruleta rusa.
Escribo esto a sabiendas, como una profecía que luego leeré con horrible sonrisa.
Sí, con certeza abrumadora el inminente final. Claro está, desconozco las palabras exactas, todo sin embargo parece estar destinado a arder rápidamente, una famélica hoguera que devorará todo esto en un obsceno banquete.

La experiencia, el recuerdo, bla bla, son consuelos estúpidos que de nada me servirán cuando te hayas ido. Cuando tus palabras sean finales como la muerte y definitivas como el mármol.
Lo huelo, lo palpo en la semi-penumbra de este cuarto amanecido.

Sin que leas esto me despido con las manos ensangrentadas, lo que te di es tuyo, no volverá a mí como sórdida repetición. Ya no tienen lugar aquí esas cosas, ni mi corazón, ni los besos.
Son cachivaches inútiles que mantendré lejos.

Martes 9 de Enero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mas bla bla bla
esta carta me parecio realmente de las mejores

que el cartero llame dos veces, si es posible