domingo, 14 de diciembre de 2008

Dejarte ir con el crepúsculo

Hasta que ya no puedas respirar.
Y la espuma de la mañana
se vuelva niebla fluorescente entre tus dedos.
Para desandar mi lengua por tu espalda
en lentas ráfagas perdidas.
Arrastrarme alucinado en tu sexo
llegarte con el viento
un mediodía que sepas
que podés al fin dejarte ir con el crepúsculo.