Hay niebla hasta decir basta.
Por qué sonreís mientras te miro a través del salón?
Enmudecer con el recuerdo
de tardes hastiadas de tus besos.
Ahora que la noche
me ahoga en tu sombra
y hay una pausa oscura
una fuga lenta
un dejarse ir despacio.
Yo venía cansado del delirio fucsia de tu abrazo.
Como una puerta mal cerrada
a la seis de la tarde.
lunes, 30 de junio de 2008
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