Atravesé la tarde
derribando lentos muros de tu cuerpo.
Sorteando las fronteras
más dulces de los besos.
Los acordes suenan en la noche
indiferentes ellos a tu abrazo
que yo llevo guardado en las pupilas.
El eco detenido de tu voz entrecortada
inunda el frío de este repentino silencio.
Sé que perseguí con furtivas lenguas
la superficie de tu piel
que se desvanecía bajo mis manos.
Y hubo un estremecimiento último.
Una caída sin límite.
Una desesperación de tu cercanía.
lunes, 28 de abril de 2008
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4 comentarios:
Buen final del poema, ¿lo escribiste vos? Me encantan los poemas!
Perdón por la tardanza en contestarte, no tuve mucho tiempo ultimamente.
En un rato te invito a mi otro blog... espero que te guste.
Saludos!
Ah! necesitaría un e-mail tuyo para poder invitarte...
me encantó. el primer verso aaahhh me trajo tantos recuerdos...
cada vez mejor!
Besos
yo te leo en francés pero yo quiero que vos me leas un poema como este´.
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