viernes, 1 de febrero de 2008

Tríptico de la madrugada

I

Una alucinación de flor azul, de chocolate.
Paraguas extendido sobre una espalda tenue
tu nombre es un abismo sin retorno.
Y que decir?
Que conjuro de plata grabar en piedra a esta hora?
Que decir que no lleguen mis palabras
y sea todo una farsa de collares y cuerpos desnudos,
una semblanza terrible de amor, una farsa de esqueletos y decorados.

II

Cierro los ojos, o sin cerrarlos
retorna esa figura; la frenética tarde
de besos que se nos iban de las bocas, de las manos, de las espaldas.

III

Ya no puedo dormir
delirio, montaña rusa,
relicario enmohecido,
panteón inútil del recuerdo;
diploma de locura recién estrenado,
sangre que se disloca dentro del cuerpo
a la deriva me deja la madrugada.
Esta condición que se agrava con el tiempo...

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