viernes, 14 de noviembre de 2008

Heridas en las sillas

A R. que me hizo extenderlo
Son vorágines,
fuegos fatuos,
racimos
de realidad absurda.
Entra por la rejilla del baño,
nadie sabe.
Hay heridas en las sillas
que desangran las palabras.
Y hay olor a muerte rondando mi ventana.
Esta noche,
se sumergen mis palabras en las alas de una mariposa negra.
Por cada beso partido,
por cada vez que una baldosa me dijo algo.
Y no quise escuchar
la queja inútil de mis pasos por la calle.
Solamente pude dejar de mirar tu sombra
en cada espejo, en cada esquina.

3 comentarios:

Alin dijo...

Hermoso.
Tambien me gusto el nuevo encabezado del blog
beso y abrazo!

Anónimo dijo...

Este blog se la trae! me gusta mucho más este nuevo "banner" queda a tono con tus letras.

Congrats!

besotes litoraleños

Adrian Orellano dijo...

este es un GRAN poema. me ha encantado.