jueves, 21 de febrero de 2008

Algo

yo lo sé
mientras piso una baldosa rota
y me salpica el pantalón
porque hace minutos llovía
y pasa una mujer
con un vestido azul
por la vereda de enfrente
como un rayo
y su rostro es una incógnita inmensa
pero sigo caminando
porque el reloj me pesa en la espalda
y la calle por momentos
se vuelve interminable
de pronto me doy cuenta
que me quedé sin puchos.

jueves, 14 de febrero de 2008

Siempre que te vas así

Siempre que te vas así,
me dejas una sensación de cenicero repleto.
Se me desborda la ceniza de la tristeza
por los bordes lisos de vidrio.

Ahora no importa,
la caparazón inútil que yo intente con mis manos.
La verdad inconclusa
de saber
que sin embargo.

Se retira toda la tarde, enmohecida
de tanto estar guardada en mi cajón.
Y será otra más,
otra huída,
la que emprenderé pronto de tu abrazo.

viernes, 1 de febrero de 2008

Tríptico de la madrugada

I

Una alucinación de flor azul, de chocolate.
Paraguas extendido sobre una espalda tenue
tu nombre es un abismo sin retorno.
Y que decir?
Que conjuro de plata grabar en piedra a esta hora?
Que decir que no lleguen mis palabras
y sea todo una farsa de collares y cuerpos desnudos,
una semblanza terrible de amor, una farsa de esqueletos y decorados.

II

Cierro los ojos, o sin cerrarlos
retorna esa figura; la frenética tarde
de besos que se nos iban de las bocas, de las manos, de las espaldas.

III

Ya no puedo dormir
delirio, montaña rusa,
relicario enmohecido,
panteón inútil del recuerdo;
diploma de locura recién estrenado,
sangre que se disloca dentro del cuerpo
a la deriva me deja la madrugada.
Esta condición que se agrava con el tiempo...